Corazón delator Tell-tale heart

 

Corazón herido

Después de interminables esfuerzos y tropezones intento estabilizarme, pero el piso es resbaladizo, pegajoso. Por primera vez me encuentro en el interior, dentro de una cúpula oscura, sombría. La recorro con la mirada y me topo con una estructura: es la estructura de un corazón que se ahoga, se sacude y palpita con dolorosos esfuerzos. Una terrible descarga eléctrica lo recorre y, de pronto, se paraliza. Percibo el sofoco del ambiente enrarecido y siento el lógico desconcierto, la soledad... vacío y silencio.

Sufro un prolongado mareo y me doy cuenta que he estado caminando en zigzag, como si estuviera ebria. Los brazos pesan como si fueran de acero y las piernas, no obstante que practico con frecuencia la natación y la caminata, pesan tanto como si estuviera en un planeta con doble gravedad que la Tierra. Me doy cuenta de mi fragilidad.

Me pregunto cuándo fue que esto comenzó ¿Quién fue el traidor:? Si, había sensaciones ocultas, vestigios de alguna premonición, señales casi imperceptibles, pero nadie atiende un presagio molesto, fastidioso ¡No! ¡Claro!

Le hablo a mi persona: “el traidor no fue él… fuiste tú, tú, tú".

Bien sabías que has sido acometida por interminables huracanes, nadaste en corrientes enfurecidas y volaste en cielos tormentosos, violentos, pero, a pesar de todo, olvidaste que tenías un corazón y debías amarlo, cuidarlo, consentirlo… protegerlo. ¿Ahora le reprochas? Cuando por fin percibes que sufre, y tú con él. Cuando la fragilidad te lleva a levitar hasta él para, al fin, contemplarlo de cerca. Antes ni siquiera estabas consciente de que lo tenías o pensabas muy poco en él.

Así, con pena y vergüenza me dirijo a él: ”Bien, Corazón, esto debemos solucionarlo ambos. ¿Qué deseas? Qué te gustaría, ¿por fin quieres descansar o continuar adelante?

̶ No lo sé, ¿Qué es lo que quieres tú?

̶ Pues, a mí me gustaría continuar por un año más.

̶̶̶̶ Bueno, sí. Continuemos por un año más…"

Karmen Martìnez

After endless efforts and stumbling, I try to stabilize myself, but the floor is slippery and sticky. For the first time, I find myself inside, inside a dark, gloomy dome. I scan it and come across a structure: the structure of a heart, drowning, shaking, and throbbing with painful exertion. A terrible electric shock runs through it, and suddenly, it freezes. I sense the suffocation of the rarefied atmosphere and feel the logical confusion, loneliness... emptiness and silence.

I suffer a prolonged bout of dizziness and realize I've been walking in a zigzag pattern, as if drunk. My arms weigh as if they were made of steel, and my legs, despite the fact that I frequently swim and walk, weigh as much as if I were on a planet with twice the gravity of Earth. I realize my fragility.

I wonder when this all began. Who was the traitor? Yes, there were hidden sensations, traces of some premonition, almost imperceptible signs, but no one heeds a bothersome, annoying premonition. No! Of course!

I speak to myself: "The traitor wasn't him... it was you, you, you.

You knew well that you've been battered by endless hurricanes, swum in raging currents, and flown in stormy, violent skies, but, despite everything, you forgot that you had a heart and you should love it, care for it, pamper it... protect it. Now you blame it? When you finally realize it's suffering, and you suffer with it. When fragility drives you to levitate toward it to finally contemplate it up close. Before, you weren't even aware you had it, or you thought very little about it.

So, with pain and shame, I turn to him: "Okay, Heart, we both need to work this out. What do you want?" What would you like? Do you want to finally rest or move on?

"I don't know. What do you want?"

"Well, I'd like to continue for another year."

"Well, yes. Let's continue for another year..."

Karmen Martínez